¡Cómo cambian las expectativas! El comienzo del año pasado persistía con la euforia neomilenarista de rentabilidad eterna. Hoy medio planeta se conforma con seguir empleado para poder pagar las cuentas. ¿Tren de Carga? Continuamos paleando el carbón para mantener la locomotora funcionando. Es verano y hace calor al lado de la caldera, por lo que cambiamos a sandalias y pantalones cortos.

Estamos de semi-vacaciones. La semana pasada estuve dando vueltas por el norte de la isla sur, aún cuando suene contradictorio. Salté de roca en roja con mi hijo, buscando focas. Nos peleamos con las olas y salimos perdiendo la batalla, pero ganando sal y arena en las orejas. Nos reímos y gritamos. Compramos moras y frambuesas en el camino, comimos helado y compartimos varios asados.

Hablé con viejos amigos. Sí, son viejos de verdad y los conozco hace varios años. Son ‘gente como uno’: enseñando por años en una universidad, curiosos. Son diferentes, porque ya se retiraron y muestran una sabiduría que yo todavía tengo que descubrir. Los extraño. Quiero aprender a pescar.

Los zapallos italianos y porotos verdes explotan en el jardín. He comido zapallos rellenos tres días seguidos, ‘fish and chips’ tres veces en una semana y conversado un vino o una cerveza al lado de la parrilla. No quiero que se acabe.

Esta semana volví a trabajar—un artículo que escribir—pero me cuesta concentrarme. Mi mente está en otra parte. Si hay buen tiempo voy a la playa de nuevo; también hay un circo en la ciudad y necesito sentarme en graderías y pasar el calor mientras alguien arriesga su vida en la pista central.

Mis pronósticos para este año:

  • Escribiremos muchas cosas diferentes. O tal vez no. Seguro que dependerá de como venga cada día.
  • Estaremos ausentes muchas veces, pero en ocasiones apareceremos con nuestra espada flamígera y cortaremos palabras a medida.
  • Santiago estará cubierto de smog en invierno. Habrá gente enferma y políticos rasgarán vestiduras. A partir de Septiembre las preocupaciones serán otras.
  • Seré muy feliz. Me sentiré pésimo. También viviré todo el rango entre esos extremos.
  • Una sonrisa y un abrazo curarán mi dolor.
  • Pensaré nuevas ideas y quizás pueda escribir alguna de ellas.

Ocurrirán muchas cosas imprevistas y mi pronóstico es poco fiable. Sin embargo, creo que una sonrisa y un abrazo curarán mi dolor.