“Murió Ramiro” comunicaba escuetamente el email.

Ramiro no era santo de mi devoción; al contrario, representaba los aspectos más autoritarios de la sociedad de fines de los ochenta. Director de escuela en tiempos de dictadura, exhalaba carencia de respecto hacia los estudiantes, su intolerancia y exigencia empujó a más de uno a extremos…

Pero. Sin embargo. A pesar. Sus clases, al menos en mi opinión, inspiraban el deseo de querer aprender o entender más de Optimización o Evaluación de Proyectos. De los + o – 60 cursos para completar mi carrera (50 obligatorios + 10 electivos) esos dos son de los 5 que más me impresionaron: junto con ecología (Rodolfo Gajardo), cálculos (Sergio Mora) y mejoramiento animal (Ximena García).

Murió una epoca, difícil de entender mirándola desde el presente sin el beneficio de experiencia directa. Reuniones en el anfiteatro, “emplazamientos”, exigencias, llamados a paro, intervenciones, diferencias políticas profundas… pero definitivamente de encuentro matemático; contradicciones de dictadura, quizás lo hubiera apreciado más en un universo alternativo.

Chao Ramiro.

Edificios post-terremoto Febrero de 2011 (Foto Luis:  http://500px.com/photo/29277635).

Edificios post-terremoto Febrero de 2011 (Foto Luis:  http://500px.com/photo/29277635).