Vienes tarde otra vez, como tren de carga

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A la vuelta de la esquina

Ya no pienses en un viento interminable o en una tormenta de nieve bajo un plano de noche de seis meses de latitud y longitud.

Ahora este el un sueño Ártico:

correr sin zapatos (sobre movedizos hielos de primavera) / tiene como premio / una orilla de 194.000 gansos / gritando en mayo / la entrada de los próximos seis meses de día.

Final del sueño Ártico => planeta verde hirviendo a la velocidad de una cacerola galáctica.

El instante mismo en que una pizarra blanca es atravezada por un plumón negro, infertility
sin dirección lógica, order
se transforma automáticamente en un espacio prohibido.

Ese es el mismo instante en que una atmósfera de septiembre es cortada por la fumarola de un jet comercial, sin dirección lógica, y transformada en un cielo prohibido.

Es difícil descubrir el ritmo natural de los acontecimientos, weight loss
pero hay momentos de extrema lucidez en que el azar no existe, buy sólo hay causalidades que se arrastran por años. Se denomina sincronía al hecho de cruzar un puente en Valdivia, mientras un pelícano pasa planeando a ras del agua, totalmente extendido de alas configurando una composición perfecta. El suceso pasa a ser plus-sincrónico si la composición se repite en Taipei, con una golondrina y un campesino chino lejos de su amada.

It is hard to stop

Estamos frente a una hipersincronía si se añade la caída en espiral de una hoja, con una gota de humedad que estalla en el piso y numerosas, quizás ilimitadas, coincidencias (sincronías) repetidas en forma idéntica o imagen especular, en la ribera de ambos ríos cruzados por sendos puentes.

Un suceso es asincrónico si es único, irrepetible

Sueño Ártico

Ya no pienses en un viento interminable o en una tormenta de nieve bajo un plano de noche de seis meses de latitud y longitud.

Ahora este el un sueño Ártico:

correr sin zapatos (sobre movedizos hielos de primavera) / tiene como premio / una orilla de 194.000 gansos / gritando en mayo / la entrada de los próximos seis meses de día.

Final del sueño Ártico => planeta verde hirviendo a la velocidad de una cacerola galáctica.

Satélites

Miro desde la habitación 502 del Sofitel Bahía Hotel y el horizonte se derrite rápidamente en púrpura, azul y amarillo. Oscurece y es hora de ir a la piscina.

Ambiente calmado, treinta grados, ochenta por ciento de humedad a las seis de la tarde. Luces se acercan–un avión–mientras mucho más lejos las constelaciones se tornan en imágenes conocidas o en novedades fascinantes.

Buceo aguantando la respiración por algunos segundos y emerjo en un cielo ligeramente distinto. ¡Zoom! se mueve una luz pálida. ¡Swash! sigue su camino impertérrita en un arco perfecto. Cuando presto más atención el cielo se llena de satélites cruzando en distintas direcciones. ¿Cuál es su propósito? ¿Fotos inéditas, llamadas urgentes, páginas de internet como estas, o cabezas nucleares listas para desintegrar millones de humanos?

Tanta belleza, misterio, poder o inocencia. Satélites cruzan el cielo de Salvador al comienzo de una noche tropical.

Lost horizon

El horizonte se alarga cada día más. Se aleja hacia la derecha y luego hacia abajo. Se expande en las olas como ondas electromagnéticas filmadas en mini CD.

Boca abajo me encuentro por la ultima protesta ecologista que decidí seguir. Si me amarro a un árbol no resulta, si tiro pintura fresca verde a un muro no resulta, si soy un ignorante elegido por mi voz y ademanes políticos talves todo esto resulte ser un engaño.

Tengo las rodillas rotas por correr cerro arriba, cerro al lado y cerro abajo tirado por la sensación de Pegasus. Pero las rodillas se rindieron como visagras de puerta y ventanas en la playa. Ahora paso sentado la gran parte del día.

El horizonte está lejos me dijiste antes de cerrar los ojos y pasar al otro patio. Nada simple eso de andar siempre sonriente, más todavía despues de magna aventura. Pasar al patio del vecino.

Pero fuiste genia! A todos nos engañaste con ese ataud de doble fondo, esa vida de doble fondo sobre el horizonte que se pierde en la boca del tren urbano de doble llegada tarde.

Corramos a 300 km/h?. No es por vencer la ley y al desafio a la autoridad. Solo el gusto de ver como tiemblan los zapatos y como se estira la corbata dejando un lost horizon remanente.

Lost horizon: pasa lento de una ceja a otra mirando el mar en febrero.

Después de más horas

Acabo de llegar a Curitiba, tras escala en Sao Paulo. Tiempo total desde mi casa hasta el hotel: 30 horas y quince minutos. Viene una ducha y después a la cama. ¡Ah! Poder estirarse.

Positivo: me pude comunicar con el taxista sin mayores problemas. Chapurreado pero efectivo.

Volodia Teiltelboim y la piedra puesta en la arena

Hace dos horas murió llegando al fin de su siglo Volodia o la piedra puesta en la arena.

La historia del albatros Volodia ya es conocida, en especial sus heridas en el ala izquierda debido a su afán  de volar contra toda corriente, contra todo precepto impuesto.

Al final del tiempo y desde su agitado acantilado de retiro nos deleitó con sus vuelos imaginarios y pirotécnicos sobre otros grandes pájaros amigos del océano poético.

Sus historias sobre el ruiseñor Huidobro y el águila Mistral creo que lo llevaron a dejar un nido de albatros lleno de discípulos. Aunque el no lo sabe, yo soy uno de los más pequeños entre todos ellos.

Salud amigo del la igualdad! Salud amigo la colaboración, Salud amigo del pensamiento!

Que tengas buen viaje! Gran pájaro brillante de la mar océano!

Taxonomía de muertes

Estoy muerto de susto, de frío, de hambre, de cansancio… Son muertes falsas, superlativos, exageraciones de poca monta. La parca, la pelada, la ingrata, la pelona y numerosos eufemismos son la experiencia verdadera, los encuentros de los que nadie puede decir algo, porque nadie ha vuelto. A menos que uno crea en médiums y otras sandeces.

A veces la muerte llega como salvación, algo así como ‘después de una larga enfermedad…’ en que es un alivio, porque cortó el sufrimiento y el dolor del cáncer u otro tabú mortal. Otras veces es la injusticia inesperada de una vida alegre que todavía tenía mucho que ofrecer. Esta última es una muerte dolorosa que rogamos no enfrentar.

Hay muertes indolentes, muertes distantes, genocidios, muertes esperadas. El amor nos hace vulnerables a la muerte de otros, pero ¿quién quiere vivir sin amor? Creamos y amamos y abrimos flancos al dolor de la parca. Es un trato que vale la pena: ganamos más de lo que pagamos, pero hay momentos en que cuesta recordarlo.

Lo siento.

Tres encuentros con la muerte

Tuve tres encuentros con la muerte:

Hoy recibí un e-mail demasiado corto como para leerlo dos veces. Carlos Urrejola había muerto. Lo conocí hace quince años y hablamos de árboles, ballenas y de los pescados que llegaban en ese momento a la playa.

El jardín y las raíces de los árboles se extendían hasta el límite de los ideales hoy imposibles.

El e-mail fue demasiado corto como para leerlo dos veces.

Raúl Alfaro tocó a mi puerta y dijo que su esposa lloraba por su padre que había muerto. La tarde estaba más oscura y al cerrar la puerta sentí esa minima distancia al silencio absoluto de dos minutos en silencio.

Imagino a Pedro Álvarez sentado a la sombra de un piñonero en alguna plaza de Recoleta. Su luz bajó por la pendiente y fijó el verde que hoy llevan los taxis en la mañana.

Nadie tocó la puerta hoy y nadie estaba para regar las crudas plantas del jardin en la vereda.

Tuvieron que pasar noventa y nueve años para recibir la noticia celular: Petronila Miranda ha muerto.

Nunca antes había visto a alguien más hermosa como ella. Tan extensa y tan color a desierto de Atacama en sus largos dedos de drenaje de cuencas.

Miles de senderos fueron pensados para sostener su historia a tres yardas de una usina humeante.

Vimos su reflejo pasear al lado de la ventana. Amarrados a sus brazos, arrodillados a su cuello lloramos hasta que destellaban luces estereoscópicas en la pequeña pieza de hospital.

Tuvieron que pasar noventa y nueve años más para recibir un telex con la notica ya pensada.

A una distancia mínima de nada, a tres distancias fuertes sobre mi espalda, sigo y sigo buscando los papeles y la lógica que me saquen de esta rara realidad.

Por una vida análoga

Desde hace varios años (1995 creo) mi comunicación escrita es fundamentalmente a través de email. desde el año 2000 mi fotografía es mayoritariamente digital. Mi calendario, ayuda de memoria, lista de artículos de investigación, cálculos varios, etc. Todo es teclado, pantallas y botones.

Es extraño, pero después de todo este tiempo la mayoría (o, quizás, todas) las interacciones aún tienen vestigios análogos. Una de mis cámaras digitales hace un sonido falso de obturador, el ícono para grabar todavía luce como un diskette, mis tareas aparecen con una raya cruzada al completarlas, al vaciar el reciclado del computador suena como una picadora de papeles; suma y sigue. Es un sucedáneo digital de un mundo análogo, de valores intermedios, de cosas que pueden ser o no ser, que son difíciles de capturar con unos y ceros.

En vista de la situación, he comenzado un regreso a tiempos más sencillos. Mi agenda es nuevamente de papel y nunca se queda sin baterías. Sí, aún ingreso mis compromisos en un calendario electrónico, pero solamente como respaldo, en caso de perder mi agenda. Cuando quiero escribir algo interesante muchas veces recurro ahora a una pluma fuente: tiene una gracia aún no atrapada por lo digital. Estoy en el proceso de resucitar mi antigua Pentax MX — el fotómetro pasó a mejor vida — y buscando una ampliadora barata. La fotografía digital no es lo mismo: falta el elemento sorpresa y me he vuelto más descuidado al componer. Es más fácil sacar muchas fotos, borrar las que no sirvan y usar un editor de gráficos para mejorar, corregir y pulir.

No se trata de oponerse a la tecnología, pues todavía paso gran parte de mi tiempo en frente de un computador. Sin embargo el tiempo libre, ese tiempo que es solo mío, es análogo, porque el placer está en la infinita variación de las cosas pequeñas.

Tres evidencias de solsticio de verano

Escribo en mi libreta tres evidencias de solsticio de verano.

1.- El sol traspasó el límite de lo impensable:
– Una hoja de hortensia
– Luz en los ladrillos sin terminar
– Las vigas del religioso edificio muestran su defecto

2.- Cambios cíclicos fuera de control:
– Se secan los muros que dan al sur
– Aparece de su escondite un Fío Fío
– Caen limones estrepitosamente

3.- La apertura a la danza epopéyica:
– Las muchachas de hombros frescos buscan un observador
– El mar sube su volumen en una esquina del gran Valparaiso
– Diego toma coraje y sale a explorar terraza adentro

Cero problemas. Bajo estas evidencias de sentido, la vida no va a continuar girando igual.

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