Vienes tarde otra vez, como tren de carga

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Velocidad del paisaje cibernético

Hay 19,259 km entre Solsona, España y Christchurch, Nueva Zelanda—casi antipódicos. El sobre tiene estampado el 20 de Junio y llegó hoy 29 de Junio lo que, engañosamente, sugiere 9 días. Pero el sobre tardó sólo 8 días; clásico ejemplo del efecto Phileas Fogg, olvidando el cruce de la linea internacional del cambio de fecha.

O sea el paisaje cibernético pasa a aproximadamente a 2,400 km diarios o 100 km/hora. ¡Ahora a leerlo y gracias por el libro!

Protección para el paisaje cibernético.

Lista de compras

  • Tres cebollas.
  • Una cabeza de ajo.
  • Una bolsa de papas.
  • Longaniza.
  • Garbanzos.
  • Ají al por mayor.
  • Una tarjeta gráfica para moler números a destajo.

No sólo de number crunching vive el investigador.

Simetrías

Tengo una fascinación de largo aliento con las simetrías, más aún si son inesperadas. En otras ocasiones las espero pacientemente, porque sé que ya están por lanzarse rápidamente desde el fondo del ropero.

Estaba trabajando con sistemas de ecuaciones lineales, usando las matrices de costumbre, buscando simplificar a concho la realidad, en base a numerosos supuestos. Y aparecieron, como era esperado, las matrices diagonales (D), con sus elementos distintos de cero (dxy) sólo cuando las coordenadas x son iguales a las y. Y ahí me empezó a dar la picazón, porque venía la inversa de la diagonal, que es simplemente una diagonal con el inverso de cada uno de los dxy (1/dxy). ¡Qué hermosura! Y por ahí venía la inversa de una matriz autoregresiva, que es tridiagonal. ¡Besando dedos de emoción!

Por supuesto que el mundo está lleno de más o menos esperadas simetrías a la vuelta de la esquina. Nuestros supuestos a veces las multiplican, magnifican y reproducen hasta que chorrea simetría de las páginas. Otras veces las miramos con desconfianza y enroscamos la nariz cómo si olieramos comida descompuesta.

Pacientemente, en el fondo del ropero, las simetrías duermen hasta que alguien con una fascinación de largo aliento las despierte.

Ping 311.512 ms

Marcelo hizo referencia a los destiempos de Tren de Carga, dónde las diferencias son 12 o 16 horas. Curioso, decidí medir nuestra distancia en internet desce Nueva Zelandia a España (su ubicación temporal), para lo que usé el sitio de internet por antonomasia: la Real Academia Española. Abrí un terminal en el laptop y escribí:

ping www.rae.es

Bup, bip, plonk dijo el computador, a sus órdenes, y envió unos paquetes a través del espacio electrónico, hizo acuso de recibo y dijo 311.512 milisegundos. Volvió a hacerlo y cantó 310.381 ms, 560.289 ms, 477.411 ms y otros números varios. Claramente necesitamos contexto:

ping www.radionz.co.nz 20.386 ms (Radio New Zealand, al lado)
ping www.abc.net.au 18.135 ms (Australia, 2000 km)
ping www.uchile.cl 368.824 ms (Bien lejos)

A lo más medio segundo para llegar a las antípodas. Sin viajes heróicos ni cohetes, ni aviones. Señales eléctricas, luz, convirtiendo entre movimientos de teclado y pixeles bailando en una pantalla.

Una tarde para Bolaño

4:40 pm y comienza la lluvia inesperada en la montaña.

Correr por la carretera. Tu detienes el auto que como salvavidas me tiende la última mano frente al abismo.

No quería ahogarme en la tormenta ni bajo el ruido de relámpagos interminables y desconocidos.

Las frutas se compran frescas en la Plaza Mayor me dijiste lo cual viniendo de tí creo que es completamente veridico.

Luego en mi refugio. La lluvia afura indica que será una tarde exclusiva para Bolaño.

A través del tiempo

La sensación es extraña cuando vives a traves del tiempo.

Le escribo un mensaje a un amigo en NZ donde son las 22 hrs del día de hoy y preparo una respuesta a otro en CL para quien recien comienza la mañana 6 am.

¿Hemos vencido finalmente al tiempo? ¿o se ha vuelto irrelevante debido al manejo de la velocidad y trayectoria de la luz?

Hace algunos años existía solo un día, solo una noche y lo que estaba fuera de la órbita 24 hrs era difuso como eter en la atmosfera.

Hace siglos construir edificios monumentales tomaba más de 30 años y hoy un rascacielos con vidrios polarizados entá operativo solo en 5.

No tener tiempo me fastidia ya que vivo en invierno verano de día noche de entradas salidas de viejo joven de muerto o resucitado.

Lo único cierto hoy es que mañana saldré a caminar a los cerros aledaños mientras tú prepararás el desayuno o servirás la última cena del día.

Vuelos

De vez en cuando no logro evitar viajes por trabajo. Por supuesto que al principio eran terriblemente estimulantes: ¡me pagaban por volar! Después de unas cuantas veces pasaron a ser más que nada una inconveniencia: comidas y actividades perdidas,  mucho tiempo sentado y cabeceando medio dormido con el zumbido de los motores.

En unas pocas ocasiones estos viajes son inevitables y, gracias a un golpe de suerte, al mismo tiempo no son para tanto. Me quedo remoloneando en la cama y llega la hora de irse. Conseguí un vuelo más tarde (8:30 am) y son sólo diez minutos al aeropuerto; en serio, así de breve. No hay seguridad, no revisan el equipaje. Es cosa de caminar y subirse al avión correcto en un frío que cala los huesos y volar flotando en el cielo.

Abordando un vuelo regional en Christchurch (Foto: Luis, procesado con RNI Films, ‘Ilford Delta 100 HC’).

El regreso fue casi tan simple, con una sola escala, el mismo día. Tres vuelos en aviones ATR72, uno de ida y dos de vuelta, los tres en asiento 7A (ventana). Doce horas y de vuelta en Christchurch, con los oídos tapados, pero comiendo comida de casa.

El ocio del sur

Reportándome de los cuarenta y tres y medio grados latitud sur, dónde el invierno arrivó con cincuenta milímetros de lluvia en la mañana. Como es habitual, salimos con el perro (que dice hola) a pasear por el parque.’

Y éramos los únicos en el universo horizontal sumergido. ¿Qué tal?

Dijo doggo

Después de una caminata de rigor, visita al cementerio, depósito de mierda y recogida en bolsa plástica, comenzamos el regreso a la mothership hogareña. Fin de informe. Cambio y fuera desde el medio de la Isla Sur.

Lluvia en Christchurch el 1 de Junio 2019.
Lluvia en Christchurch el 1 de Junio 2019.

La película se fragmentó

Murray Cammick: Platform Heels, Fort Lane.
Murray Cammick: Platform Heels, Fort Lane.

Hay una nueva exhibición de las locas de los años 70, volando en plataformas gigantes, elevándose al cielo entre el glamour y la suciedad de la calle: Queen Street y sus reinas.

El grano es profundo y el negro domina al blanco, pero todavía hay una continuidad análoga, una riqueza extemporánea que me pone nostálgico de algo que nunca viví de primera mano.

Mis amigas locas de hoy viven en un mundo discreto, digital, con una resolución enorme pero muchos de los mismos problemas. Bichos raros para la patada y el combo, despreciadas, aunque sean reinas, emperatrices de Queen Street y dominios colindantes.

El maquillaje de la memoria

El país desaparece en la distancia
espacio-temporal
borroso
con las luces que merodean mi halo de santo
creando un bokeh cremoso
digno de fotógrafo profesional.

Voy y vuelvo
voy y vuelvo
en la memoria que convierte en idílico lo trivial
que socava lo áspero
como un río terco y empeñado
en hermosear lo que no podemos revivir.

Y cuando regreso de verdad
por una semana, o dos
se corre como pintura de mala muerte
exhibiendo las manchas, cicatrices,
espinillas, huijas y rendijas
propias de la realidad.

Limpio el maquillaje con cuidado
y respiro brevemente
ajustando la presión
un buzo retornando a la superficie
saboreando el reflejo del cielo
mientras esquiva burbujas mortales.

Quién te viera, quién te vió
desconocido mío, hermano mío
áspero, olor a humo, nítido a la perfección.

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