Tren de carga

Vienes tarde otra vez, como tren de carga

Auto de fé

He sido, soy, un apóstata. Problemas con estructuras y órdenes predeterminados, dogmas y otras restricciones me han empujado a buscar alternativas. Puedo estar de acuerdo con el fín–al menos en algunos casos–pero no con los medios.

Debo también confesar que nunca he podido ‘dar hasta que duela’. Es una seria limitación en la que aún estoy trabajando.

Temo al conformismo, temo a la renuncia total, temo el vivir igual día tras día. Admiro a los que abrazan la incertidumbre, pero reconozco que a veces me aterroriza.

Creo en ti.

Yo mismo soy

En medio de una ensalada de clases, investigación, teniendo que transferir todos los archivos del Macbook Pro viejo al nuevo, corrigiendo tareas y por una de esas coincidencias aleatorias iTunes escupe:

yo mismo soy la nueva moral,
los valores póstumos de la tierra de nadie.

Cuánto tiempo hace que no escuchaba Santiago del Nuevo Extremo en ‘Para comprender lo que viene’ (letra aquí). En el apuro de lo cotidiano olvido muchas veces la vida subyacente:

Tu y yo tenemos miedo y sin quererlo
vivimos esperando algo de los números, de la historia, del tiempo,
de esos gritos en la calle que llaman la libertad.

Vivimos esperando algo que no ha llegado, en ese ‘waiting place’ que tan claramente retrató Dr Seuss. Esperando que alguien más nos entregue lo prometido, que alguién más se haga responsable. Basta. Nosotros somos ‘alguién más’, es nuestra tarea.

El Macro-profeta

El macro-profeta dice macro-profecías sobre un macro-dios que gobierna las leyes de su macro-universo.

Habla con un macro-discurso que atrae a macro-multitudes que lloran y se emocionan con macro-sentimientos. Sus macro-milagros sanan a los macro-pobres del planeta dejando en su verdadero lugrar y justicia a las macro-economías del mundo.

Al llegar, el macro-profeta ha generado macro-problemas a los macro-gobernadores de turno. Han mandado a buscar a macro-científicos y macro-sacerdotes para rebatir las macro-verdades que de su macro-boca salen como macro-caudales de rio.

El macro-profeta duerme en un macro-bosque al borde del macro-desierto de Atacama. Lo cuidan tres macro-señoras que por pura macro-bondad decidieron dedicarle sus vidas.

Sale el macro-astro Sol y el macro-profeta empieza la mañana deleitarnos con su juego de micro-fotosíntesis.

Escenario A1

Salto de la cama y corro las cortinas de la pieza.

Denso desnudo me aplaude un grupo de señoras que toma el té en mi terraza.

Denso desnudo les digo: no os confundais con este cielo despejado ya que en ultra violeta es un cielo criminal!

Retorno a mi cama inflamable a seguir con mi siesta de macro-profeta.

Pensando en Beta

Caramba! esto está canijo….

Lo del calentamiento, global, globular glocio-normal, etc.

28° celcius en un dato, pero 28 ° celcius en abril es información.

10 mm es un dato, pero 10 mm en mayo es más información.

Es un outlier si ocurrió ayer. Es tendencia si tengo que caminar en polera durante los próximos 100 otoños de mi vida.

Caramba! esto está canijo…

Vayan ustedes a saber!. Dato en 3D no es lo mismo que información al cubo.

Fijo en la mente

Usté no está gorda, Eulogia. Es un bastión contra la anorexia apátrida

Fontanarrosa en Inodoro Pereyra.

Y soñé con los helicópteros

Anoche soñé nuevamente con los helicópteros. Pasaban volando bajo y los veía desde al lado de la Casa de la Cultura. Los jardines de la famosa casa tenían unas palmeras—y esto no es sueño—donde acostumbraba a jugar a esconderme con mi amigo Gonzalo. Mirando desde las palmeras vimos helicópteros que se movían como gigantes lentos. Cierto, esto tampoco era sueño. Eran hermosos y desconocidos.

Pero estaba hablando de mi sueño… Ahí los helicópteros son dueños de una soledad espantosa, algo así como los Dementor en Harry Potter, pero peor, porque son mucho más reales y no son un juego de ficción. Los helicópteros son viajes forzados (en que uno es equipaje, nadie preguntó ‘quieres ir’ o dió opciones), uniformes, acentos, modismos, timidez, burla, paisajes extraños—más hermosos que los helicópteros, y una mirada apátrida.

Claro que puedes estar pensando que Erick Pohlhammer describió los mismos Helicópteros con harto mas gracia:

…hasta que llegaron los helicópteros y los  helicópteros
se establecieron desde allí hasta siempre
                girando y zumbando como tábanos
              de acero los helicópteros
girando sobre nuestros cerebros, zumbando sobre nuestros cerebros

Pero esos no son mis helicópteros, sino que los de Erick, y el tenía diecisiete y yo era protohumano de seis. Y anoche en serio soñé con mis helicópteros, lo que sucede a menudo cuando se acerca mi cumpleaños, cuando la memoria punza desde un rincón.

Cuando sueño con los helicópteros pienso ‘quizás estoy cagado de la cabeza’, piantao de tango, no quiero transmitir esto a las generaciones futuras. Siento que tengo que conectar con quienes no he hablado por años, aunque sea para descubrir que ya no vale la pena. Mi mente vuela sin restricciones, todo por unos putos helicópteros.

Extraño verano a baja frecuencia (II)

Mi idea de dejar la PID partió el 13 de diciembre de 2006 a las 19 hrs. Este día parecía ser un miércoles cualquiera, un poco metálico por las nubes y humedad que cubría la ciudad, por mi empeorada relación con mi pareja y por los últimos cuestionamientos al equipo de seguridad de carreteras del cual soy parte. En fin, sin grandes novedades.

Suena el teléfono y nos informan de una brutal colisión entre un bus que llevaba a un grupo de adherentes del candidato presidencial Omar Gacitúa Mendez (OGM) que volvía de una gira de dos semanas por el sur de la patria y un camión cargado de muñecas Baby Duly que son la última atracción navideña. Como es debido, luego de aceptar el código que da paso a nuestra salida, Rafael Guevara Berrios (RGB) y yo fuimos asignados a este caso.

La rutina dada por el duro protocolo de la DIP más un día nublado en diciembre y mis problemas personales solo me hacian pensar que sería un caso más entre 200 y que serviría para distraerme un poco.

– ¿Supiste cuántos muertos y heridos tenemos ? – me preguntó RGB.

– Ni idea, cosa que a estas alturas ya no me interesaba.

– ¡Recuerda que la última vez terminamos barriendo de sangre y mermelada la carretera y vomitando ese olor a fruta podrida en exceso que salia por todos lados!

– No puedo imaginar qué nos tocará contemplar con un camión repleto de muñecas Baby Duly entre medio- le dije.

Nuestro trabajo dentro de todo es simple. Es decir, llegamos depués que el humo, el fuego y los gritos ya está medios controlados y medimos lo que vemos. Es decir la dimensión de la catástrofe. Número de cuerpos enteros, miembros destrozados, fierros doblados como velas, bolsos y ropa desperdigados por todos lados, testigos, pintura, comida y bebidas, etc. Todo para saber, saber qué pasó y qué fué lo que se confabuló para dar paso a estos minutos de infierno.

 – Esta vez partiremos en helicóptero – me dice RGB, ya que nuestro epicentro fue a 500 km al sur, sobre un puente a tajo abierto.

– Déjame dormir un poco – le comento y trato de hacer un paréntesis y recordar mis últimas vacaciones en la playa junto a Amalia mi hija.

Extraño verano a baja frecuencia (I)

Dejé mi puesto de detective de la PID hace algunos días. -¿Cansado?, ¿jubilado?, ¿Echado de un puesto de 20 años? ¿De un puesto a comportamiento intachable de investigador de accidentes de carretera?. No, nada de eso.

Sólo dejé mi vida de la DPI por mi fatiga y mi rabia de no poder resolver algunos peculiares casos de accidentes de transito. Derrumbe de fierros en cámara rápida como caja de puzzle tirada al piso. Lo mío no eran cualquier accidente, como choque de viejecitas de supermercado o de cobro de pólizas de seguro de gerentes agobiados por sus deudas. Era la carretera profunda, húmeda, ciega y sin visiones ni compaciones.

Lo mio eran los accidentes. Volcamientos, atropellos, colisiones múltiples…todas al límite de lo permitido, es decir 120, 140, 200  km por hora. Imaginen muchos fierros retorcidos , peluches, malestas de viajes, libros y sobre todo recuerdos he ilusiones repartidos por todos lados. Bultos de miles de formas, tamaños y composiciones, cuerpos, sangre, tristezas, dolores….todo eso, cada día o noche, pero un trabajo de fin y sin muchos principios.

Ese era yo. Detective Gerardo Andrade de la PID, 190-7 carreteras y misceláneos graves, sí, sobre todo muy graves.

Como la llegada de Jota Ce

Me perdí la ceremonia de inauguración de Obama, donde parece que caminó sobre el agua, curó enfermos y multiplicó el pan. Al menos eso pienso que sucedió al leer las noticias, que trataron el evento como la Segunda Llegada de Jota Ce.

Cambio y esperanza son palabras fáciles y manoseadas hasta el cansancio. Hay hambre de super héroe, de líder que salve, de que alguien haga algo que solucione nuestros problemas. Mala noticia: no va a ser Obama. Buena noticia: cada uno de nosotros está a cargo de nuestras propias vidas. Adelante entonces con toda la diversidad de nuestras propias ideas de cambio y esperanza.

A todo esto, Estados Unidos ya había demostrado que era un país extremadamente democrático, donde cualquiera puede ser presidente. Si no, ¿cómo creen que alguien tan incapaz como G.W. Bush. llegó al poder?

Page 20 of 28

Powered by WordPress & Theme by Anders Norén