Aburrido en Frankfurt veo las noticias. Ni los resultados de las elecciones — ni los números ganadores de la lotería — son más cercanos a pesar de las 4 horas de ventaja. Cae una nieve ligera, pasa un tren delicado moviendo pasajeros a Bucarest, Casablanca y Orlando. Yo voy por unas galletas o cualquier cosa para pasar el tiempo. Cambio. Y fuera. Cambio.