Viajamos a velocidad de 32 bits camino hacia el mar. 

Al llegar a la orilla, cambiamos nuestro aceitoso ruido de neuronas por frescas musicas de olas servidas en vanguardia de la próxima tormenta.

De pronto…un sonido metálico…

Se forma un aire de silencio que revienta miles de gaviotas sobre la arena.

Me dices que algo epupante está volviendo jovenes a nuestros ya pasados huesos.

Seguiremos sentados en la orilla, hasta cuanto por fin se apague este ruido del mar!