Me paro frente a una clase y hablo, muevo los brazos, apunto al pizarrón*: diagramas, ecuaciones básicas, fotos. Agito los brazos un poco más, camino, paseo, murmuro,… Apunto al pizarrón.
Estoy tratando de mover ideas de mi cabeza. Mi entendimiento, punto de vista, sesgos y lecciones aprendidas a porrazo limpio. Enumero, y quiero transformar el pizarrón en una cañería que conecta mentes. Pero hay goteras, llaves, desviaciones y llega una magra cantidad del contenido inicial.
Quizás yo soy el viejo fome, pero me cuesta conectar y reducir esas goteras. Actividades interactivas, códigos QR, video parecen no hacer mucha diferencia. Tal vez soy yo: no cuento el secreto de la manera apropriada, muy a lo bruto y con poca paciencia. Tal vez es el tema: maldita estadística y sus leseras significativas. Lo que sea, estoy en un mundo de salas de clases llenas de goteras en el transporte de ideas.
*Pizarrón, bueno un whiteboard con marcadores en vez de tiza.