Sino fuera por el sol, aquí iríamos perdidos vagando por esta tierra que pensamos cruzada solo por trenes de alta velocidad.

Sino fuera por el sol en el Este que aquí no sale después de cruzar una cordillera flotante, los campos serían grises como lo indica una mañana de alta velocidad.

Pero en lo que llaman norte existen bosques de pinares somnolientos que hizo volver la esperanza a las bandadas que pululaban por estas tierras y que decidieron fundar las ciudades.

Ayer plantábamos maíz en las afuera donde hoy cosechamos energía solar en cantidades insuficientes.

Un satélite persigue con su click la trayectoria de un sol sin norte, ni sur, ahora por culpa de la planicie.

Todo esto es suficiente para descubrir un viaje de años hacia el sur de esta vieja y amigable península.