Vienes tarde otra vez, como tren de carga

Author: Marcelo Page 1 of 13

Límites en la península

Sino fuera por el sol, aquí iríamos perdidos vagando por esta tierra que pensamos cruzada solo por trenes de alta velocidad.

Sino fuera por el sol en el Este que aquí no sale después de cruzar una cordillera flotante, los campos serían grises como lo indica una mañana de alta velocidad.

Pero en lo que llaman norte existen bosques de pinares somnolientos que hizo volver la esperanza a las bandadas que pululaban por estas tierras y que decidieron fundar las ciudades.

Ayer plantábamos maíz en las afuera donde hoy cosechamos energía solar en cantidades insuficientes.

Un satélite persigue con su click la trayectoria de un sol sin norte, ni sur, ahora por culpa de la planicie.

Todo esto es suficiente para descubrir un viaje de años hacia el sur de esta vieja y amigable península.

Trayectorias

¿Cual es la línea más corta entre dos puntos

de esta América que escapa del continente?

Guardián

Sin pensarlo ni pedirlo me he convertido en guardián de sueños inconclusos.

De vidas hoy inocentes que en tiempos muy remotos forjaron nuestra niñez y la juventud.

Guardián de espacios desconocidos, de recuerdos y respiraciones que corren al borde de esta vida.

Nunca se sabe cual es el rol que tendrás que tomar después de una muerte definitiva.

Nunca se sabe si tendrás que tomar el timón en tiempos de océanos tranquilos o de tormentas desconocidas.

Una siesta a la orilla de la foresta pesa más que un aullido de lobo bojo una luna llena en el matorral.

13-11-2022

Ciudad de las conversaciones

Son las 9 p.m. después de una semana de 38°C de calor continuo.

La gente sale de sus escondites, de las tiendas y oficinas para sentarse al borde de las veredas a conversa.

Son millones de palabras por minuto y miles de litros de cerveza, tinto de verano y mostos de La Rioja que corren entre mesa y mesa.

¿Que se dirán en cada tarde que se encuentran? ¿Una ultra derecha que se avecina?,¿ las energías no convencionales que no alcanzan?, ¿Rosalía mañana en el teatro Cana?l.

Las últimas noticias sobre los bosques de América inquietan a ecologistas destacados. Pero jóvenes salen a correr 10k bajo el calor para desafiar al cambio climático que asecha.

La maquina cibernética y la inteligencia artificial serán la solución a este inadecuado problema que nos dejaron, que es nuestro presente.

Ahora estoy sentado mirando mi teléfono como si conversara algo interesante con un amigo en NZ colgado por hilos de un ciber-espacio. Hablo sobre el acto de protesta por errores no forzados que se cometen en el museo de América.

América fue el oro por 300 años. Ahora atiende mesas en restaurantes, lleva el pedido en bicicleta eléctrica y se sirve como ingrediente en platos de olvidado origen.

Sigo atento el dialogo de miles de voces que zumban como panal de abejas en plena primavera. Todas buscando a su reina ya que no sabrían vivir si ella.

No logro oír nada. No quiero oír nada. Aquí los cotidianos ocurren en conversaciones al igual que en nuestras villas, donde despertamos y vivimos los días pensando que mañana seremos diferentes.

Libertango

Todo pasa demasiado rápido entre avenidas que suenan a llegada de caravanas antiguas y mojadas por lluvias de verano del pasado.

Edificios, balcones y vidrios miran al sol esperando un rocío de mañana ácida que ha de transformarse de súbito en otoño.

Gente caminando en todas direcciones. ¿Pero cuales son esas direcciones? Un nuevos norte al sur del antiguo sur. Un nuevo este con montañas que no convergen a ese antiguo mar Mediterráneo.

Avenidas donde caminas rápido, días donde la luz pasa rápido y horas olvidadas por el destino que mantiene a la memoria-

¿Y los paisajes, que hay de las paisajes?. ¿Esos que vibran y vibran entre ventanas y balcones que vibran sin fin?

Ahora todos están presentes. Y de súbito se mueven líquidos como un libertango.

Y nos convertimos en parque temático (a Barcelona 2023)

¿Que pensarían generales, condes y reyes si vieran en que se han convertido estas calles?

¿Que dirían mercaderes, esclavos y juglares si vieran en que se han convertido las piedras y adoquines traidos con dolor?

Ahora la calle suena a música envasada, a disfraces alegóricos que como escenografias quieren rememorar algo pasado.

¿Pero cuándo terminó el pasado y cuándo estas piedras se transformaron en mentiras de si mismas?

Ahora, aquí una catedral en reparación eterna y burbujas de agua y detergente configuran la plaza central que cada día recibe al sol.

La antigua música de juglares, el dolor de los esclavos y la mercancia de los mercaseres han sido reemplazados por turistas de short a 1000 fotos por segundos.

Lenguaje de la Naturaleza

Salgo en invierno a la calle

piso la nieve de un enero Canadiense

buscando una travesía mínima

entre mi puerta y la siguiente entrada.

Salgo en verano a la calle

piso el pasto verde de un enero Patagónico

buscando una travesía máxima

entre mi ventana y el siguiente paisaje.

Quiero volver

Hace una semana volví a ese Valparaíso de calles de piedras levantadas y muros de fonolitas pintados por el aceite de una muchedumbre abandonada rumbo a la modernidad.

A ese Valparaiso que en su caminar a ratos se muestra glorioso y a ratos triste producto de golpes de ignorancia de aquellos que piensan que la belleza tiene solo un punto de fuja.

Caminé por sus calles y fui recordando en cada esquina vidas pasadas que sin saber si fueron mejores que las nuestras, están ahí contando historias de redenciones y levantamientos.

Valparaiso sigue vivendo a pulsos de época, de sus mujers y hombres solo fieles al mar, fieles a la pendiente fuerte, a la caída fantástica después de perder el equilibrio en la colina.

¿Pero, donde estuviste estos años me preguntas?

Escondido en lo profundo del bosque, escapando junto a otras especies de la sequía, intentando construir triste un nuevo nicho, un incompleto nicho que no será suficiente para todos.

Estuve muy alejado de ti y de esa línea de luces de la tarde que marca tu llega al pacífico y de ese verdor que imponen las palmas marcando tu llega dinámica al borde de la colina.

Pero estoy de regreso. Con amores frescos que me llevan a la resurrección de los sentidos, con recuerdos de antiguos y nuevos difuntos y de los que vienen en camino todavía.

Aquí estoy Valparaíso, perdido frente a tí, como quimera olvidada en el horizonte.

Tarde de Sábado

Conversar de los amigos y salir luego a recorrer las calles que hasta hoy pensábamos desaparecidas.

Conversar sobre los miedos y de ese despertar y muerte que trae la edad y de su avance irreverente que cambia los cuerpos.

Suena en el piano una melodía amorosa, como las conversaciones que no se nos dan por los últimos sucesos de la historia.

Esas que solo llegan en destellos una tarde de sábado.

Newton ya no tiene fronteras

Hace algunos días algo cambió en el jardin invisible de la Mora. No se si fue su luz o el olor a escalonia esclerófila que ronda con el rocío en la mañana.

No estoy seguro, pero en este micro universo de plantas, hojas y calcetines escondidos, cuya dueña de cuatro patas y fidelidad incondicional a mi llamada habita, estaba alborotado por energías no convencionales que condicionan el paso a una dimensión 4D.

Una nueva entidad corre junto a ella, una amistad de siglos o mejor dicho fuera del tiempo juquetea entre sus plantas, hoyos y huesos preferidos.

Un mensaje envían desde un rincón junto al belloto otoñal a una velocidad de 9,8 m x segundo. Soy feliz aquí Master y estaré contigo hasta que se desprenda al eter la última de tus moléculas.

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