¿Que pensarían generales, condes y reyes si vieran en que se han convertido estas calles?
¿Que dirían mercaderes, esclavos y juglares si vieran en que se han convertido las piedras y adoquines traidos con dolor?
Ahora la calle suena a música envasada, a disfraces alegóricos que como escenografias quieren rememorar algo pasado.
¿Pero cuándo terminó el pasado y cuándo estas piedras se transformaron en mentiras de si mismas?
Ahora, aquí una catedral en reparación eterna y burbujas de agua y detergente configuran la plaza central que cada día recibe al sol.
La antigua música de juglares, el dolor de los esclavos y la mercancia de los mercaseres han sido reemplazados por turistas de short a 1000 fotos por segundos.
Luis
Nunca he estado en Barcelona, pero suena como una combinación rarísima.