Parece que necesitamos una exégesis de mensajes digitales; alguien comentando el uso de abreviaciones creativas o criticando el uso inapropiado de otras. ¡Hay tanto que decir y tan pocos caracteres para decirlo! ¿Realmente se contrajo el lenguaje o pasamos a ser políglotas, escribiendo en múltiples lenguajes dependiendo del medio?

Pía Barros hace referencia a un mundo—imaginado por Doris Lessing—”donde el lenguaje articulado en función de la belleza y expresividad es propiedad de las mujeres”. Me complica la utopía, ¿o es distopía?, de mujeres apropiando los aspectos positivos del lenguaje. Algo así como un vizconde demediado linguístico, de palabras largas y hermosas, con requerimientos de 1024 bits para mensajes de texto.

Recuerdo los telegramas que vibraron en el aire por más de cien años: “Successful four flights Thursday morning STOP” resumió a los hermanos Wright en 1903. Mark Twain escribió en 1897 “The report of my death was an exaggeration STOP” en una de esas frases para el bronce utilizando ocho palabras. A nadie se le ocurrió criticarlo por breve o pobre de vocabulario.

Si retrocediéramos a los comienzos de nuestro lenguaje, podríamos imaginar a los patricios de turno discutiendo la insidiosa influencia del vulgo en el lenguage. Declinaciones erróneas, ortografía desastrosa; parece que los patriarcas (y matriarcas) defensores(as) del status quo terminaron hablando un idioma muerto.

bkn (bacanal, bacon, bacán) puede ser una expresión polifónica para aumentar la brevedad. No quisiera verlo en una novela—a menos que la historia incluya mensajes telefónicos—pero los idiomas que evolucionan sobreviven. Sl2