Santiago, 1 de Febrero 10:30 am. La paradoja de cambio asociada a una sequía implacable que cubre los campos convirtiendo el verde de las fotosíntesis en baldosas de arcilla ya es nuestra realidad.
Hemos tomado nuestras maletas cargadas de hechos concretos yy fundamentales para huir de un calor que sobrepasa en tiempo y espacio hasta los más adaptados filos de la materia.
Sabiamos que si viajabamos al sur encontrariamos el agua en formato de lluvia que ya casi habíamos olvidado. Nuestro deseo no es más que sentir la humedad en nuestras caras y manos ya partidas por el norte.
La promesa fue cumplida y bajo esa lluvia al sur volvimos en parte a la vida. Esa ya perdida por tanto evento que desarma hasta los preceptos más profundos cconcebidos por la historia de estas calles.
Ahora estoy en la puerta, mirando a los míos que sonrien y sueñan juegos de invierno. Invierno que no llegará a nuestras casas si se cumplen las profecias de los científicos lunáticos de siempre.