Hace un tiempo decidí cambiar mi geometría y proyectarme como “un otro” descarnado hacia un milenario futuro en esta semi-desertica ciudad.

Entonces, adquirí seriedad en mi postura y claridad suficiente en mis ideas y voz como para ganarme el derecho a la cabecera de muchas mesa redondas, cuadradas o de cualquier geometría conocida.

Pero Facebook y su capa brillante pintada de bits y códigos XML, HTML, JAVA PHP hicieron volver a mi mis temores de otras vidas, otras arrancadas y otras caidas en cascadas de piruetas de circo sin animales.

Si, es así. La Web 2.0 de Facebook me tiró a la FACE mucho de lo que fui y que he (no)deseado olvidar antes del próximo milenio. Otra ves están en mi memoria calles oscuras iluminadas a faroles de auto, medios días en gris, inviernos mojados de vistas nítidas y humos de vapor de usinas de energía. Atravesábamos esos rincones sobre un FALCON 68 a velocidad de cámara lenta.

Dada la época, vestiamos abrigos largos de acantilado, bufandas infinitas y guantes sin uñas para acompañar tardes y noches interminables como temas de David Silvian al año 1980.

Eso me trae a presente Facebook y todos aquellos  seres extraños que estuvieron en pasados de jarana a lo fiesta de la Tirana y que nuevamente “quieren ser mis amigos”. Ahora todos, sin dejar a nadie a fuera, nos hemos transformado y mucho.

Ahora nos miramos desde la pantalla del computador y nos decimos “hola! estás igual!” y talvés, solo talvés podríamos tomar un café juntos.

La vida está muy entretenida hoy, pero igual espero intranquilo al nuevo Facebook que nos lleve a las nuevas andadas y encuentros del futuro.

Es decir, una suerte de circo neo-cibernético, con muchas piruetas y cascadas pero sin animales.