Ya está el invierno instalado afuera. Hace frío.
Los rayos de sol por la ventana son un descanso breve a este extraño invierno donde la última lluvia de cambio climático mojó más de lo deseado.
Algunas actividades de invierno me sacan de la rutilante rutina. La mora corre a mi alrededor y mueve su cola de invierno.
Ya está el invierno instalado afuera y yo sigo como congelado por el último verano.
Dardo climático. Dardo en la pared,
en la chimenea o clavado en mi hombro.
Dardo decaído y convaleciente. Amotinado frente al número 100.
Profeta de puntería seca.
Frutales en la feria guardados en cajas plásticas esperando una pinchada de mujer de pasillo y de pasada. De almuerzo con mantel a diseño experimental.
Dardo que recorres la jungla y la savana imperial detrás de un rino a ceronte.
Hasta aquí llega tu viaje, parado por mi aliento a fin de semana, perdido en fin de semana secada a puñados de sol que suenan como invierno vitrificado.
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