Me dijiste veo que todo está cambiando más rápido de lo previsto.
Estábamos solos en ese espacio de nuevas ideologías, dogmas y preceptos refractarios.
Giro colgado a luminarias positivistas.
No se caminar con el verbo y ni con el cálculo
no se caminar con la sintonía de lo que está pasando afuera
no se caminar bajo nubes sin un para-rayos tornasol.
Solo quedémonos en silencio durante este momento
y miremos con el agua transparenta nuestros pies en el río
y nos obliga a bajarnos de los árboles amarrados al paisaje.
Vale la pena este momento
donde el agua sigue mojando este cuadrado de ciudad
donde lo que vive moja el aire y lo transforma en tormenta conocida.
Antes de salir de aquí
me dijiste: ponle llave a nuestra puerta,
y que el aire cuide los recuerdos que todavía flota fresco.
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