En un solo vuelo, trato de cruzar el océano:
- He cambiado mis brazos por sendas alas de albatros fosforescente.
- He dividido mi visión en longitudes de ondas a rangos infrarojos y termales.
- He adaptado mis oídos como antena en cráneo de murciélago.
- He reemplazo mis costillas por un mini giroscopio a 64 bits.
- Ya está todo listo para la travesía y su contexto.
Quedando solo por resolver, los límites del horizonte.
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