Vienes tarde otra vez, como tren de carga

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Extraño verano a baja frecuencia (II)

Mi idea de dejar la PID partió el 13 de diciembre de 2006 a las 19 hrs. Este día parecía ser un miércoles cualquiera, un poco metálico por las nubes y humedad que cubría la ciudad, por mi empeorada relación con mi pareja y por los últimos cuestionamientos al equipo de seguridad de carreteras del cual soy parte. En fin, sin grandes novedades.

Suena el teléfono y nos informan de una brutal colisión entre un bus que llevaba a un grupo de adherentes del candidato presidencial Omar Gacitúa Mendez (OGM) que volvía de una gira de dos semanas por el sur de la patria y un camión cargado de muñecas Baby Duly que son la última atracción navideña. Como es debido, luego de aceptar el código que da paso a nuestra salida, Rafael Guevara Berrios (RGB) y yo fuimos asignados a este caso.

La rutina dada por el duro protocolo de la DIP más un día nublado en diciembre y mis problemas personales solo me hacian pensar que sería un caso más entre 200 y que serviría para distraerme un poco.

– ¿Supiste cuántos muertos y heridos tenemos ? – me preguntó RGB.

– Ni idea, cosa que a estas alturas ya no me interesaba.

– ¡Recuerda que la última vez terminamos barriendo de sangre y mermelada la carretera y vomitando ese olor a fruta podrida en exceso que salia por todos lados!

– No puedo imaginar qué nos tocará contemplar con un camión repleto de muñecas Baby Duly entre medio- le dije.

Nuestro trabajo dentro de todo es simple. Es decir, llegamos depués que el humo, el fuego y los gritos ya está medios controlados y medimos lo que vemos. Es decir la dimensión de la catástrofe. Número de cuerpos enteros, miembros destrozados, fierros doblados como velas, bolsos y ropa desperdigados por todos lados, testigos, pintura, comida y bebidas, etc. Todo para saber, saber qué pasó y qué fué lo que se confabuló para dar paso a estos minutos de infierno.

 – Esta vez partiremos en helicóptero – me dice RGB, ya que nuestro epicentro fue a 500 km al sur, sobre un puente a tajo abierto.

– Déjame dormir un poco – le comento y trato de hacer un paréntesis y recordar mis últimas vacaciones en la playa junto a Amalia mi hija.

Extraño verano a baja frecuencia (I)

Dejé mi puesto de detective de la PID hace algunos días. -¿Cansado?, ¿jubilado?, ¿Echado de un puesto de 20 años? ¿De un puesto a comportamiento intachable de investigador de accidentes de carretera?. No, nada de eso.

Sólo dejé mi vida de la DPI por mi fatiga y mi rabia de no poder resolver algunos peculiares casos de accidentes de transito. Derrumbe de fierros en cámara rápida como caja de puzzle tirada al piso. Lo mío no eran cualquier accidente, como choque de viejecitas de supermercado o de cobro de pólizas de seguro de gerentes agobiados por sus deudas. Era la carretera profunda, húmeda, ciega y sin visiones ni compaciones.

Lo mio eran los accidentes. Volcamientos, atropellos, colisiones múltiples…todas al límite de lo permitido, es decir 120, 140, 200  km por hora. Imaginen muchos fierros retorcidos , peluches, malestas de viajes, libros y sobre todo recuerdos he ilusiones repartidos por todos lados. Bultos de miles de formas, tamaños y composiciones, cuerpos, sangre, tristezas, dolores….todo eso, cada día o noche, pero un trabajo de fin y sin muchos principios.

Ese era yo. Detective Gerardo Andrade de la PID, 190-7 carreteras y misceláneos graves, sí, sobre todo muy graves.

Como la llegada de Jota Ce

Me perdí la ceremonia de inauguración de Obama, donde parece que caminó sobre el agua, curó enfermos y multiplicó el pan. Al menos eso pienso que sucedió al leer las noticias, que trataron el evento como la Segunda Llegada de Jota Ce.

Cambio y esperanza son palabras fáciles y manoseadas hasta el cansancio. Hay hambre de super héroe, de líder que salve, de que alguien haga algo que solucione nuestros problemas. Mala noticia: no va a ser Obama. Buena noticia: cada uno de nosotros está a cargo de nuestras propias vidas. Adelante entonces con toda la diversidad de nuestras propias ideas de cambio y esperanza.

A todo esto, Estados Unidos ya había demostrado que era un país extremadamente democrático, donde cualquiera puede ser presidente. Si no, ¿cómo creen que alguien tan incapaz como G.W. Bush. llegó al poder?

Obama / un amanecer en la carretera camino al sur

Ayer todos (o casi todos) giramos a la coordenada del Capitolio. Mr. Barack Obama juraba como presidente.

Dos millones de personas en el parque Hall de los museos, dos mil millones de televisores mirando este “sí juro”.

¿Por qué tanto interés? ¿Por qué tanta atención? La respuesta es simple: somos seres humanos y en nuestra base esencia necesitamos tener esperanza.

Sólo eso. Esperanza. Miles de diferentes esperanzas, nombradas de muchas formas, modos y sonidos. Esperanza que indica que nos hemos dado una nueva oportunidad de lo que sea, pero oportunidad.

Hoy, lo más cercano a esta idea, es un amanecer en la carretera camino al sur de Chile.

Llevo varias horas de viaje en la noche, comienza nuevamente luz y tenemos todo un día más por recorrer.

– Termino mi café, y retomo mi viaje –

Re:Hola Marcelo

Gracias gran amigo mío!

Aquí tratando de organizar la vida, cosa que ya me lleva 43 años.

Como bien has dicho, puede que vengan días, semanas o meses más ocupados, casi desaparecido, pero siempre en la orilla desafiando la resaca.

Sobre los árboles urbano…la cosa va con todo!

Necesitaré ayuda.

Un abrazo de piedra para ti!

Legris.

Mi pronóstico

¡Cómo cambian las expectativas! El comienzo del año pasado persistía con la euforia neomilenarista de rentabilidad eterna. Hoy medio planeta se conforma con seguir empleado para poder pagar las cuentas. ¿Tren de Carga? Continuamos paleando el carbón para mantener la locomotora funcionando. Es verano y hace calor al lado de la caldera, por lo que cambiamos a sandalias y pantalones cortos.

Estamos de semi-vacaciones. La semana pasada estuve dando vueltas por el norte de la isla sur, aún cuando suene contradictorio. Salté de roca en roja con mi hijo, buscando focas. Nos peleamos con las olas y salimos perdiendo la batalla, pero ganando sal y arena en las orejas. Nos reímos y gritamos. Compramos moras y frambuesas en el camino, comimos helado y compartimos varios asados.

Hablé con viejos amigos. Sí, son viejos de verdad y los conozco hace varios años. Son ‘gente como uno’: enseñando por años en una universidad, curiosos. Son diferentes, porque ya se retiraron y muestran una sabiduría que yo todavía tengo que descubrir. Los extraño. Quiero aprender a pescar.

Los zapallos italianos y porotos verdes explotan en el jardín. He comido zapallos rellenos tres días seguidos, ‘fish and chips’ tres veces en una semana y conversado un vino o una cerveza al lado de la parrilla. No quiero que se acabe.

Esta semana volví a trabajar—un artículo que escribir—pero me cuesta concentrarme. Mi mente está en otra parte. Si hay buen tiempo voy a la playa de nuevo; también hay un circo en la ciudad y necesito sentarme en graderías y pasar el calor mientras alguien arriesga su vida en la pista central.

Mis pronósticos para este año:

  • Escribiremos muchas cosas diferentes. O tal vez no. Seguro que dependerá de como venga cada día.
  • Estaremos ausentes muchas veces, pero en ocasiones apareceremos con nuestra espada flamígera y cortaremos palabras a medida.
  • Santiago estará cubierto de smog en invierno. Habrá gente enferma y políticos rasgarán vestiduras. A partir de Septiembre las preocupaciones serán otras.
  • Seré muy feliz. Me sentiré pésimo. También viviré todo el rango entre esos extremos.
  • Una sonrisa y un abrazo curarán mi dolor.
  • Pensaré nuevas ideas y quizás pueda escribir alguna de ellas.

Ocurrirán muchas cosas imprevistas y mi pronóstico es poco fiable. Sin embargo, creo que una sonrisa y un abrazo curarán mi dolor.

Y los cantos de pájaros?

Muchos se sorprenden por el canto de los pájaros en la tarde. Poetas, escritores, antropólogos, muchos.

Se les atribuyen designios indecifrables, pseudo-voces que rondan en los jardines como mensajes escondidos en una botella, coros gritos de dolor y de sangre.

¡Nada más errado que esas ideas de poetas! Aúnque siempre me he declarado poeta, esta vez son ideas que se deslizan en el verbo, en el no saber mirar o mirar desde lo inútilmente humano.

Y bueno, qué son entonces esos cantos de pájaros en la tarde o a minutos de un desvelado amanecer?

Solo son eso…cantos de pájaros, cantos de criaturas maravillosas, como los árboles y el viento es sus copas que forman los bosques. Como los seres humanos aún niños que conservan eso de ser criaturas maravillosas al igual que todo en la naturaleza.

Eso es, naturaleza. Sin más explicación que naturaleza compleja, agreste, suave, tímida e intrépida. Naturaleza, a pequeña escala, a escala de insectos, de pájaros, de seres humanos, de bosques, de manglares, de planetas, de galaxias, de universos.

Donde vivimos tú y yo. A distancias infinitas entre tú y yo, pero acotadas por el movimiento de rotación terrestre.

No domino el lenguaje de forma apropiada y mis horas no han sido atravesadas por la muerte fulminante. Eso me hace afortunado o un ingenuo.

Silencio! Es hora de sentarse en la terraza y esperar que comience otra vez la noche plagada de cantos de pájaros.

Silencio! Es hora de dejar tranquilo al poeta herido en sus alas por una muerte fulminante. 

Un cuchillo enterrado en la esquina de la mesa

En realidad nada a cambiado mucho aquí. El que ha cambiado eres tú…—me dijo mi abuela cuando volví de 4 años de un intelectual retiro—.

Aquí nada avanza con el tiempo. Sólo ocurren cosas. A ratos nos dan mucha risa y a ratos lloramos tipo Teletón.

El tiempo lo inventaron otros, los que inventaron el espejo, el peinador automático, el perfume y la televisión. Nosotros no hemos inventado nada, así que eso del tiempo nos tiene sin cuidado.

Dicen que me morí a los 99 años en una clínica de Santiago, pero no es verdad. Nada ha cambiado y tú has vuelto y sigues rastrillando la tierra del jardín como lo hacías antes. Echas de menos las salidas a la playa y la voz de tu padre que te llama bajo un volantín en el Cajón del Maipo.

¿Viste esa película “El día de la Marmota? Supe que la viste en castellano, en inglés y francés. ¿Cómo es que hablas y escribes en tres lenguas, lees en otras cuatro y tienes tan mala ortografía? ¡Ves! nada ha cambiado. Arrastras tu déficit atencional y se lo has heredado a los que te siguen.

Incluso, aun que no lo creas, aquí vivimos y somos tu ficción. Somos el SYNCO, el otro lado de la pantalla, lo que para ti por suerte no fue, los párrafos pseudo-poéticos, la largada de carrera gitana, la caravana asfáltica de la Tirana. Todas esas cosas que tú en tus cuatro años de ausencia no quisiste ser.

Como ves, nada ha cambiado y gracias a mí piensas esas cosas esféricamente increíbles.

Vamos hijito mío, traiga el agua caliente y sigamos este mate 2.0 que perfuma a chachacoma cibernética.

¿Qué me llama la atención?

Marcelo me preguntó qué cosas me sorprendían o llamaban la atención en mi visita; Mi lista, no necesariamente porque sean nuevos, pero también porque mis umbrales han cambiado:

  • El clima de inseguridad: rejas, cercos eléctricos, guardias, sirenas, etc.
  • La ubicuidad canina. ¡Qué manera de haber perros dando vuelta!
  • Carreteras con peaje electrónico; en todas partes.
  • El mundo de riqueza inmensa de Lo Barnechea para arriba. El Delhi chileno de Bandera con San Pablo, con olor penetrante de orina en las veredas.
  • La omnipresencia de farmacias y más farmacias. O todo el país está enfermo, o los márgenes de rentabilidad de las farmacias está por las nubes.
  • El humo de cigarrillo lo invade todo. Compré un café mientras la cajera fumaba…
  • El precio estratosférico de los libros. ¿Cómo esperan que la gente lea?

La multitud de celulares no. Cualquier país en ‘vías de desarrollo’ está inundado por celulares. El transporte colectivo tampoco.

Qué lo habría hecho cambiar de bando

¿Qué habría hecho cambiar de bando a Pinochet? Esta es otra pregunta en la discusión de SYNCO. Aquí está mi versión:

Nos gusta pensar que la vida tienen sentido y que la historia es impulsada por razones de peso. Filosofías políticas, teorías económicas e intereses comerciales nublan los libros de historia con explicaciones elaboradas a posteriori. Los próceres pronuncias palabras importantes y consideraciones bordeando el ridículo; Arturo Prat diciendo ‘Muchachos, la contienda es desigual…’ en vez de ‘vamos a sacarles la cresta…’

Pero estoy pecando de digresión, ¿En qué iba? Estaba buscando las razones de Pinochet para cambiar de opinión, cuando me tropecé con las memorias de Yolanda Sultana. Es un libro sencillo, pobremente editado, que apareció publicado el 10 de diciembre de 2007. Sí, exactamente un año después de la muerte de Pinochet. El libro había sido terminado por lo menos un par de años antes, pero Sultana estaba esperando el tiempo oportuno para presentar sus dramáticas revelaciones, de las cuales presento un fragmento a continuación.

Capítulo cinco: La Muerte.

Lucía Hiriart llegó a mi consulta el primero de septiembre de 1973. No era su primera visita, pero nunca la había visto tan nerviosa. ‘Tírame las cartas’ pidió casi llorando. ‘¿Pero qué te pasa Lucía?’ le consulté. ‘Creo que Augusto me está engañando’ respondió, ‘Está nervioso, distraído, oculta papeles y contesta el teléfono susurrando, casi a escondidas’.

Le tiré las cartas y terminamos con La Muerte: transformación completa, renacimiento. Ahí me pegué el alcachofazo, conecté los puntos, rumores dispersos. ‘El no te engaña…’ le dije con ese tono de adivina sabia ‘…pero enfrenta una decisión difícil, que afectará la vida de mucha gente’. Ella respiró con alivio, sacándose un peso de encima y finalmente preguntó ‘¿Cuál es la mejor decisión?’ Todos los caminos pueden terminar mal, pero ví la posibilidad de ganancias más allá de lo imaginado y aposté al todo o nada. ‘Que se una y lidere’ murmuré.

Y así se tomó una de las decisiones más importantes de la historia moderna de Chile. Sólo podemos especular qué hubiera pasado si Sultana hubiera dicho ‘Que se oponga’.

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