La oscuridad dio paso a números, letras y polígonos de creciente resolución.
—¡Bienvenida! ¿Recuerdas algo?
—Casi nada. Un uniforme, mucho dolor… borroso, oscuro.

El técnico movió hábilmente unas perillas, hasta que la imagen quedó nítida.

—Terminé de ajustar los implantes. Tienes que firmar el documento aquí y también aquí—dijo pasando un bolígrafo—. Cuando retires la demanda vas a recibir la clave mensual para que funcionen.
—¿Cómo?
—Contrato normal. Excepto por avisos comerciales cada par de horas. Ni vas a notar la diferencia.