Santiago, 12 de diciembre de 2019. Ya van 50 días desde el inicio de la revolución donde hemos visto con asombro todo lo que ha emanado desde nuestros corazones como vómito volcánico que deja en la superficie un orden de nuevos materiales.

En las calles rayas hasta el desquisio la palabra “muerte al conquistador” se repite una y otra vez en colores y caligrafías diferentes que acompañadas de demandas a ratos universales, locales, antíguas y contradictorias nos hablan de dolor acumulado hace ya varios siglos.

¿Quien fue, en esa mañana iluminada de junlio de 1493, el primer mujer/hombre que nacido en las ´islas Guanahani marcó con su llanto la división del universo? La revolución del 18 de Octubre es solo eco de ese despertar antiguo de millones de mestizos como yo.

Aquí fuimos abandonados uno a uno a través del continente Americano: sin cosmovisión que nos hable del origen, sin rito de iniciación al despertar la primavera y solos amparados del amor de nustras madres que siempre nos han amado hasta el infinito.

La revolución seguirá su marcha implacable transformando todo precepto y convicción acumulada tras la sombra del tiempo. No se si llegará algún día a su fin, no se si será la redención a tantos años de silencio Americano.