Vienes tarde otra vez, como tren de carga

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Contracarta

Las ideas no mueren; las palabras a veces sí, a veces no. Los cuerpos cansados siempre fenecen: cada día vivimos un poco y morimos un día a la vez.

En este universo entrópico tratamos de aferrarnos a una instantánea. ¡Flick! y Vicente es eterno. ¡Flick! Juan Luis Martínez. ¡Flick! Jorge Teillier es capturado escribiendo poemas mientras empina el codo. ¡Flick! Y ya se fueron, dejando palabras que nosotros cuidamos como hueso de santo.

¿Qué cuidamos cuando atesoramos las palabras?

Sonidos, ideas, momentos. Intangibles, conexiones neuronales. Té con pan tostado con palta y un libro manchado por accidente. Ropa húmeda por la lluvia: no nos dimos cuenta mientras leíamos.

No fosas vacías, flores secas, cruces chuecas por el viento marino. No la ausencia de familiares cercanos. Esos son parte del capullo de Vicente, lo que dejó atrás cuando paso a nuestra imaginada eternidad.

Antes de ayer caminaba por un pasillo del departamento de ‘Modern Languages’ en un intento de hablar con un tutor de japonés. De repente un retrato me miró desde una puerta: Huidobro dibujado por Picasso. Nueve mil kilómetros y tanto de recuerdo. Su tesoro nos asalta desde las puertas.

Cuando sea mi día quiero que me transformen en cenizas. Algún voluntario se orientará desde donde viene el viento—para evitar accidentes desgraciados—y liberará mis moléculas. Ojalá que en un bosque (no pino radiata, por favor), o en un río. Y así coy a estar en todas partes, una molécula a la vez.

El temor de las gaviotas

El temor de las gaviotas es el olvido, por eso batallan día y noche por mantenerse en el aire. Las gaviotas no usan computadores—al menos no comunmente—pero si lo hicieran estarían en una corriente constante cambiando su status en Twitter y Facebook. Estoy moviendo un ala, ahora estoy moviendo la otra, cagué a un humano distraído, acabo de pescar un pez. No, corrección: se escapó. Le quité un pez a otra gaviota… y así sucesivamente.

Las gaviotas buscan establecer una vida virtual, que puede ser observada y admirada por otras gaviotas. ‘Mmm, esta gaviota parece ser exitosa, aunque nadie daba un peso por ella’, piensan las otras gaviotas. ‘Mmm, esta gaviota usa Olapón y por eso tiene todas las plumas brillantes’ piensan las otras gaviotas… y así sucesivamente.

Otra de las herramientas contra el olvido son la memoria selectiva y la nostalgia. Las gaviotas extrañan los días en que volaron más rápido y sus plumas eran más blancas. Las gaviotas repiten sus historias exitosas y olvidan los fracasos de pesca. Y así venden una vida editada a todas las otras gaviotas que leen ávidamente los cambios de status con envidia secreta.

[Con perdón a Juan Salvador]

Gaviota en Twitter: ‘Estoy parada en un auto de tren de carga’.

Y por que tanto poeta?

Hace algún tiempo, se abrió un concurso de poesía en mi país.

Sus bases, bastante rigurosas en la forma y fondo, hacian pensar que en un pais de poca masa crí(p)tica una respuesta de 50 a 100 manuscritos sería un logro fenomenal.

Un mínimo de páginas, un mínimo de espacio, un mínimo de elaboración eran restriccciones para dejar fuera a muchos aficionados como yo.

Sopresa grande hubo en la editorial, cuando al dead line del concurso finalmente llegaron 900 trabajos!, Es decir 900 potenciales libros, malos o buenos que correspondian a 900 personas que dedicaron más de alguna hora a expresar “algo” en “alguna forma” sobre otro “algo” que les parecía relevante dentro de su perspectiva de espacio y tiempo.

Lamentablemente habría un premiado, uno que finalmente sería de seguro el subjetivamente mejor.

Pienso en porque tanto poeta y porque tanta tradición en torno a la poesía en este espaicio de planeta?. Si buscamos un poco, podemos encontrar algunas respuestas.

Dentro de todas las alternativas, la que más me gusta es la relacionada con nuestro que hacer antes de la hispanidad. Si no soben a que me refiero, me refiero al hecho de que los pueblos antiguos sobre américa no manejaban una escritura, sino que una tradición oral.

Para que las historias de grandes guerras, pérdidas, conquistas, catástrofes o ritos perduren en el tiempo requerían de un lenguaje ORAL.

Algo no simple. Más bien un lenguaje exagerado, fácil de recordar y que llame la atención a la memoria que finalmente con la escritura se transformó en la poesía.

Por eso habemos tantos poetas en estas tierras!

Mis ideas grandes primero las expreso en versos largos, buenos o malas pero versos!

Mis ecuaciones y flechas de flujo primero son signos en un poema!

Que perdidos están los agentes de Innovación Tecnológica!

Que perdida está la presidenta de la agencia de Presupuestos Científicos!

Más que dinero para grandes máquinas, necesitamos dinero para tener ´grandes poetas!

Shilenidad en Suecia

Caminando apurado es Estocolmo me enfrenté a boca de jarro con huellas de la diáspora chilensis. Uno puede encontrar el espectro completo, desde académicos y políticos hasta trabajadores de la limpieza, probablemente con sesgo para uno de los extremos. Esta vez se trata de rapero sudaca DJ Mendez que nos brinda la más pura poesía:

Lleno de cultura, lleno de drama,
lleno de frío, lleno de porno,
bienvenido a Estocolmo.

Como para grabar ‘Made in Sweden’ (Foto: Luis).

Las horas extra no dan ventaja

Aburrido en Frankfurt veo las noticias. Ni los resultados de las elecciones — ni los números ganadores de la lotería — son más cercanos a pesar de las 4 horas de ventaja. Cae una nieve ligera, pasa un tren delicado moviendo pasajeros a Bucarest, Casablanca y Orlando. Yo voy por unas galletas o cualquier cosa para pasar el tiempo. Cambio. Y fuera. Cambio.

Personlig biljett Uppsala Stockholm

En vivo desde Suecia, escrito en el tren entre Uppsala y Estocolmo. No, no vine a recibir el premio Nobel, aunque estaba dando una presentación el día que los anunciaron. Para otra vez será.

Ha sido un viaje extraño, como para culminar un año en la ruta. Primero Australia, luego USA y seguido por Japón. Esta vez es Christchurch, Singapur, Frankfurt, Arlanda para llegar a bosques nórdicos. Son pinos, abetos y los maravillosos abedules de tiempos remotos. Tengo una fascinación con abedules que comienza a principios de los años setenta. Y he aquí, más de treinta años después, saltan a recibirme al paso del tren.

El cielo está gris, con un mar de nubes. De repente el mar se quiebra y los abedules tienen cortezas doradas. Un momento después tenemos plena oscuridad: un túnel.

Mañana el viaje continúa; cuatro vuelos para completar los casi 20.000 kilómetros que me separan de la casa. Me despido con ganas de volver durante el verano, para visitar el norte con sol permanente. Uno nunca sabe, pero creo que será posible. Saludos Tore, y nos vemos pronto otra vez.

Si sacamos los árboles de raíz

Que pasa si sacamos los árboles de raíz?

Que pasa si las ideas pegadas a sus hojas las extendemos sobre las avenidas principales de la ciudad?

Que pasa si con los artefactos salidos de esas ideas que colapsan a los árboles hacemos cibernéticas montañas que cumplan la ley de la entropía?

A estas alturas de la partida, ni un haz bajo la manga puede volver a recta la eléctrica espirar macro galáctica de vacilaciones humanas acumuladas.

Como jurado de este concurso, me declaro en conjunto vacio frente a estos extraños sucesos.

Olvidalia

Viajando entre templos de madera, con columnas que demoraron siglos en extenderse diametral y longitudinalmente, trato de entender las barreras. ¿Por qué paramos antes de llegar a la cima? ¿Por qué tratamos de resolver el mismo problema de la misma manera, una y otra vez? (Huelga decir que infructuosamente).

Los templos tienen un extraño simbolismo, porque esos muros representan nuestras fallas, nuestras taras. Esos mismos muros contienen una inscripción que traduzco torpemente:

No son cosas externas las que nos restringen, sino nuestras mentes que se aferran a cosas que nos restringen — Ryōshun Nakano.

El problema es que si olvidamos las restricciones puede que resolvamos los problemas: toda una industria del pesimismo al tarro de la basura.

Caminando en Kyoto (Foto: Luis).

Un encuentro notable en mi memoria

Hace mucho tiempo deje de verla….hace mucho tiempo.

Conversaciones a orillas de cunetas, en asiento de micros y de borde de zarza mora es lo que recuerdo. Poesía, las nuevas revoluciones y el fresco futuro cercano eran nuestros temas predilectos.

Solo miedos a decir las verdades que pudieran arruinar los hilo abierto de la vida.

Lo que recuerdo es una gran sonrisa detrás de una morena cara de princesa de ojos grandes a velocidad San Eugenio y de Recoleta. Una mirada altiplanica como la mia. Inca, Aimara, Diaguita bajo los designios de miles de pueblos y árboles antiguos.

Hace mucho tiempo que ya no recuerdo su cara.

Solo tengo destellos pálidos, elctricos y suaves.

Como una gran sinapsis axo-dendrítica que se traslada entre mis sentidos.

Configuración del espacio-paisaje

En zona de elecciones, de test social y de flatulencias de “nuevas idea”, lo único que me da cierto sentido es una verdadera re-configuración del espacio-paisaje.

Un espacio-paisaje donde la desigualdad de los ingreso sea para todos por igual.

Un espacio-paisaje donde tener educación de tanta verguenza como ser un analfabeto.

Un espacio-paisaje lleno de árboles y bosques y a su ves lleno de tierra y basura abandonada en la misma posición.

Un espacio-paisaje que se vuelva bi-polar frente a la heterogeneidad, frente a lo adverso, frente a lo imposible, frente al dolor.

Un espacio-paisaje de colonización indigena bajo el retorno de las nuevas tecnologías.

Un espacio-paisaje borrado de doctrinas y dogmas en papel, donde fluyan como polen e-lectricos ideas que practican la selección natural.

Si, esto me hace sentido: un espacio-paisaje armado desde tus ojos donde yo pueda existir un poco más tranquilo.

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